A penas las flores blancas,
ola viscosa, hedionda
paralizante
MALDICIÓN
La noche rugosa mordía la fruta podrida de la entrega titubeante.
En la ventana la tela plúmbea del odio.
Maldecías el pan, el arroz, el tejado rojo.
Maldecías el sucio juego de su corazón enlatado.
tea
ESPAÑA
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